Por falta de garantías, el juego se detuvo a los nueve minutos del segundo tiempo. Iba 0-0.
Cuando en un principio se pensó que el juego se podía reanudar este
jueves a las diez de la mañana, a puerta cerrada, la decisión se cambió.
Los disturbios presentados en las afueras del estadio Pascual Guerrero,
donde fanáticos de ambos equipos se enfrentaron a piedra, hicieron que
el juego no se reanudara.
Según se conoció, en los próximos días se sabrá por parte de la Comisión
Disciplinaria de la Dimayor a qué equipo se le entregarán los puntos.
La suspensión del compromiso se dio por la invasión al terreno de juego
de varios hinchas desde diversos sectores del estadio, algo que tomó por
sorpresa al árbitro Diego Escalante y a los policías, que poco pudieron
hacer para evitar la presencia de los fanáticos allí.
"Vimos una falencia en la seguridad al minuto 9 del segundo tiempo, hubo
invasión por parte del público, de manera generalizada, de varias
tribunas. Yo como capitán del equipo arbitral tomé la decisión de no
continuar el partido porque no vi garantías para continuar", dijo
Escalante.
Pese a la insistencia del entrenador del Cali, Julio Comesaña, para que
el juego continuase, el juez se mantuvo firme para no reanudarlo.
"Es un riesgo continuar porque nosotros no podemos garantizar la
seguridad de los hinchas, un gol de cualquiera de los dos equipos no nos
aseguraría que la gente no ingresara a la cancha", agregó el juez.
Tras lo sucedido, cuando entraron los aficionados al terreno de juego,
el árbitro se reunió con las autoridades, quienes respaldaron la
decisión del árbitro.
Minutos después de ello, el técnico del América, Eduardo Lara, ordenó el
ingreso de su equipo al vestuario. Acto seguido hizo lo propio
Escalante con su grupo arbitral.
El encuentro iba empatado 0-0.
América está segundo en la tabla de posiciones del grupo E con 15 puntos, mientras Deportivo Cali es tercero con 10 unidades.