Diario MÍO fue testigo del viaje de cinco buses desde Buenos Aires hasta Santa Fe con hinchas colombianos.
Además les contamos cómo fue el ambiente con la hinchada argentina antes y después del juego del Grupo A de la Copa América.
Lugar: peaje a 15 kilómetros de la ciudad de Santa Fe (Argentina). Fecha: miércoles 6 de julio. Hora: 7:30 p.m. Temperatura: 4 grados. A un lado de la amplia autopista se encuentra una fila de buses parqueados. Al otro, solamente un bus que es diferente a los demás. Es blanco, no de colores como los de las empresas locales Omnibus o Flechabus y tampoco de dos pisos. En la mitad se nota un gran letrero que dice: Escotur. La placa acaba de familiarizar a la colonia colombiana: SRC 243 de Facatativá.
Allí en medio de la carretera estaba de un lado a otro un grupo de cerca de 30 jóvenes. Unos llevaban la camiseta de Colombia y otros la del Deportivo Independiente Medellín. Sus rostros denotaban malestar, rabia e impotencia. Después de haber viajado 13 días desde la capital antioqueña, aunque ya habían visto en Jujuy la victoria del equipo del 'Bolillo' Gómez sobre Costa Rica y de haber recorrido cerca de 500 kilómetros desde Buenos Aires rumbo a Santa Fe, allí en ese peaje quedaron frenadas en seco sus esperanzas de presenciar en vivo y en directo el duelo entre Messi y Falcao, entre Tevez y Yepes, entre Lavezzi y Zúñiga, entre el seleccionado vestido de albiceleste contra el de amarillo, azul y rojo.
"Acá venimos como 35 hinchas. Pero esos -mientras señala a un grupo de policías- no nos dejan pasar. Nos están pidiendo 100 pesos argentinos (50 mil pesos nuestros) para dejarnos seguir", explicó Luis Escobar, de 20 años, quien vestía de camiseta y pantaloneta desafiando la baja termperatura que calaba en los huesoso de todos.
Mientras que el hincha colombiano denunciaba un intento de soborno solicitado por los efectivos policiales, que vestían de negro, con gorra y bolillos que intimidan a cualquiera, un uniformado dijo con voz firme: "Esos jóvenes no pasan. No tienen boleta. ¡Sencillo!, eh". Orden que a la larga se cumplió.
"Una liga. Tirenos algo. No hemos comido. Nos estamos quedando en La Victoria (un sector de Buenos Aires) con los parceros del Tigre", gritaba Julián, otro de los osados antioqueños, al lado de uno de los 'micros' (así llaman acá en Argentina a las flotas).
Ese fue quizás el pedazo más impactante de una película que terminó con un 0-0 que todo el mundo vio, con Dayro Moreno errando una opción increíble de gol en la cancha del estadio Brigadier López y con un Sergio Romero, arquero argentino, convertido en figura del juego de la segunda fecha del grupo A de la Copa América.
Pero Diario MÍO vio lo que usted no vio en ese cajita mágica llamada televisor. De las fuertes requisas ninguno de los ocupantes de los cinco buses con la colonia cafetera se salvó. El trayecto siguió. Ya con escolta policial poco a poco se fueron agotando los kilómetros y faltando una hora para nuestro clásico por fin pisamos tierra santefesina. Los buses quedaron parqueados como a 15 cuadras de estadio Brigadier López. Desde allí tocó 'echar pata', tal y como dijo en medio de risas una seguidora bogotana, que venía acompañada de su hijo y su esposo.
Ya a esa altura se sentía aroma futbolero, aroma a choripán (pan con chorizo tradicional de la gastronomía argentina). Igual, había tensión, sonido de corneta, gritos de algunos argentinos que saludaban amablemente y que a leguas se notaba que conocían bien la procedencia de los visitantes. Por eso no fue extraño escuchar con ese marcado acento argentino un "¡Grande 'Carlo Vive'!" o "¡Saludes a Shakira de parte de 'Toñito'!" -Antonio de la Rúa-.
Después de la caminata por fin se divisaron las largas filas para entrar al estadio. Allí no faltó uno que otro 'vivo' revendiendo boletas y tras la vuelta a la manzana por fin apareció la puerta de la tribuna platea alta norte, que justo se está estrenando para la Copa. Unos segundos más en medio de escaleras y por fin en la tribuna. Aunque la hinchada nacional arribó haciendo bulla, solamente hubo caras amables y saludos de bienvenida de parte de los seguidores locales, que poco y nada tienen de 'barrabravas'. Es más, allí a nuestro lado había familias enteras, papá, mamá e hijos ubicados en la más completa tranquilidad.
A las 9:45 p.m. (hora local) se movió el balón. Llegadas fueron y vinieron en el terreno de juego. Los argentinos le pedían más a la 'Pulga' Messi y los colombianos querían que el 'Tigre' Falcao devorara a Milito y a Burdisso. Con el correr de los minutos ya no hacía frío sino hielo, que obligaba a un excesivo abrigo. Así se fue el primer tiempo. Los 15 minutos de descanso para los 'artistas' de la noche y ¡oh sorpresa! De un momento a otro aparecieron no más de 10 hinchas gritando: "Vamos tricolor, vamos mi Colombia".
A estos otros 'héroes' de la Patria no les pasó lo mismo que a los de Medellín que se quedaron iniciados. Lo curioso del caso es que mientras se observaron camisetas de Millonarios, sacos de Santa Fe y una bandera del Junior de Barranquilla, los enardecidos seguidores que llegaron haciendo bulla vinieron desde Bucaramanga.
Y ellos también tuvieron su historia para contar: "Nos vinimos desde el 18 (de junio) echando dedo. Eso es aguante. Venimos desde Bucaramanga", contó Andrés, quien pidió un poco de gaseosa de las que tenían los demás colombianos y que terminó entre los enardecidos fanáticos santandereanos.
El segundo tiempo fue tensionante y emocionante. Pero al final fue 0-0, que dejó un sabor amargo porque se pudo haber ganado. Igual, la colonia nacional se lo gozó. Y ojo: 'volveremos, volveremos, volveremos otra vez'... El domingo, allí en la acogedora Santa Fe, de nuevo estará en el césped nuestra querida Selección frente a Bolivia. Y seguro que habrá otro diario secreto, ojalá de una victoria y no de un empate.
http://www.futbolred.com/copa-america-2011/noticias/diario-secreto-de-un-empate/9837510
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