jueves, 22 de diciembre de 2011

Regresan las batidas

Luis E. Martínez advierte que habrá "zanahoria y garrote" para los barristas y denuncia una actitud "de irrespeto" en la Policía de Tránsito.

 

 El general Luis Eduardo Martínez es caldense y viene de dirigir la Policía en Medellín. /Luis Ángel

 

Promete que lo verán más en la calle que en el escritorio y anuncia las dos principales banderas de su gestión: mejorar la actitud de sus hombres y acabar con la corrupción. Es el general Luis Eduardo Martínez, nuevo comandante de la Policía Metropolitana, que advierte que acabará con la actitud “arrogante y de irrespeto” que, denuncia, tiene la Policía de Tránsito y no tolerará ninguna mala práctica al interior de la institución.
Excomandante de la Policía en Medellín, anuncia además que incrementará el número de batidas (requisas y redadas sorpresa en las calles) en sectores particulares de la ciudad, que para los barristas habrá “zanahoria y garrote” y que pedirá al nuevo alcalde, Gustavo Petro, que continúe con la restricción a la venta de licor.
¿Cuáles son los principales retos a su gestión?
Seguir consolidando las buenas cifras que dejó mi general Patiño. Pero uno tiene que poner su propio sello y ese sello consiste en dos puntos: uno, cambiarle de actitud a los policías para que sea una actitud proactiva. Lo segundo es atacar mucho los focos de corrupción, que no son demasiados, pero que, de todas maneras, nos hacen daño.
¿Cuáles son las principales amenazas a la seguridad en la ciudad?
El raponazo. Ahí tenemos que tener una presencia activa. Mire: el delito nunca se acabará, pero si hay una Policía con actitud de compromiso, y a eso le voy a apuntar, los delitos se minimizan. Esa actividad tiene que verse reflejada en requisas, en puestos de control, en identificación de personas. Hay que volver a las batidas, que es recoger personas que deambulan en actitud sospechosa, para mirar antecedentes. No las habíamos dejado, pero se habían disminuido porque las organizaciones de derechos humanos molestan mucho por esa situación. Pero lo vamos a hacer dentro del marco de la ley, la Constitución y los derechos de los demás.
¿Serían batidas en sectores particulares?
Claro que sí: el centro, Ciudad Bolívar, Kennedy, Suba, especialmente en La Gaitana. Y ya iré reconociendo otros sitios a los cuales habrá que ir.
¿Dirigidas a algún tipo de ciudadano en particular?
El policía tiene que ser una persona con mucho criterio, con observación. En ese sentido, tiene que saber a quién va a revisar, a identificar. Van a ser acciones focalizadas.
¿Y cómo manejar el tema con las organizaciones de derechos humanos?
Los hombres de la Policía están capacitados en derechos humanos. Como en todo, hay gente que no acata las normas ni las disposiciones, pero nosotros hemos hecho mucho énfasis y somos respetuosos. Los patanes que no respetan no tienen cabida en la institución, ni los corruptos, ni los que no respetan a la comunidad.
Usted ha puesto mucho énfasis en la buena actitud. ¿Es por el número de quejas que ha recibido?
Claro. Preocupa por ejemplo la Policía de Tránsito. Para nadie es un secreto que no está en labor preventiva sino en labor represiva. Y si hay labor extorsiva tendremos que mandarlos a la cárcel, porque policía que adopta actitudes delincuenciales es un criminal y debe ser castigado como tal, sin consideración. La actitud de ellos es una actitud arrogante, es una actitud despectiva, de irrespeto al ciudadano.
También menciona con insistencia lo de “cero corrupción”. ¿Qué lo preocupa ahí?
Quejas concretas en sitios concretos no he recibido, pero sé que hay temas de corrupción porque eso no se puede negar, eso sería como tapar el sol con un dedo. Uno tiene que reconocer los problemas para poder solucionarlos. La gente debe tener la certeza de que hay una Policía muy profesional y que el porcentaje de indisciplinados, entre los 160 mil hombres de la Policía Nacional, es muy bajo.
Las autoridades nunca han reconocido la presencia de bacrim en la ciudad, sin embargo algunos dicen que sí tienen alcance aquí. ¿Qué opina?
Hasta ahora estoy empapándome de los problemas de la ciudad, estoy escuchando a las unidades. Vamos a ir mirando y, de acuerdo con el modus operandi que empecemos a encontrar, tendremos que establecer si hay o no hay.
Si las hay, ¿la Policía no tendría ningún problema en aceptarlo?
Es que si yo no acepto los problemas de la ciudad cómo los voy a solucionar. Me pasa lo del pastorcito mentiroso, termino creyéndome las mentiras. Si las hay, las vamos a identificar y las atacaremos con todo el rigor. Es más, ojalá haya para poder trazarnos una tarea fuerte contra la delincuencia.
¿Cuántas bandas dedicadas a la delincuencia operan en Bogotá?
En eso estamos. Yo apenas recibí esto el jueves pasado. Las hay, eso sí. Yo fui jefe de la Sijín en Bogotá y aquí conocíamos bandas dedicadas al atraco a taxistas, al fleteo, al hurto de vehículos y a otras cosas.
¿Qué hacer con las siete grandes “ollas” que funcionan en Bogotá?
Las vamos a atacar, pero ahí necesitamos un acompañamiento eficiente de la justicia.
¿Cuál va a ser su política con los barristas?
Las medidas administrativas las toma el alcalde, no las puedo tomar yo. Por mí, en Medellín, yo hubiera acabado con los famosos ‘Los del sur’ y no los hubiera dejado entrar nunca más al estadio. Ahí tenemos que dialogar, pero saber que muchos son delincuentes. En Medellín, por lo menos, son delincuentes, y yo se lo decía a ellos, porque allá fuman marihuana en la tribuna, llevan a cabo acciones vandálicas, agreden a los contrarios, cuando el fútbol es un espectáculo para vivir en familia. Con la Alcaldía habrá que hacer un trabajo, y con ellos para que tengan buen comportamiento, pero la administración tendrá que usar zanahoria y garrote.
¿Está de acuerdo con que continúen medidas como la restricción a la venta del licor?
Sí, claro. Hay que pedírselo al alcalde, que es quien decreta estas medidas. Si yo pudiera decretar medidas restrictivas, los muchachitos menores de edad tendrían que estar durmiendo a las 7 p.m., porque la juventud de este país está perdida por la alcahuetería de los padres de familia que como que no les interesan los hijos.
¿Cómo serán sus relaciones con el próximo alcalde?
Pienso que va a haber muy buena relación. Yo de todas maneras, como responsable de la seguridad en la ciudad, le rindo cuentas al alcalde.
¿20 mil hombres sí alcanzan para casi 10 millones de habitantes?
Ninguna comunidad podrá tener nunca el número de hombres que supla sus necesidades, pero es un número importantísimo.

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