Un conductor borracho atropelló a un grupo de hinchas y mató a dos jóvenes, cerca al estadio el Campín de Bogotá. El hombre fue detenido y escasamente pudo captar la tragedia que causó. Poco entendía lo que pasaba después del accidente y reconoció que había tomado licor.
Andrés Mauricio Castro casi no pudo hablar ni entender la tragedia que causó. Conducía en evidente estado de embriaguez y su borrachera era, tal vez, lo único de lo que tenía noción.
A las tres de la mañana, dicen los testigos, pasó a toda velocidad por el lado de un grupo de hinchas que iba a salir en buses desde el estadio el Campín hacia Medellín. En el primer impacto arrolló a dos personas, que quedaron heridas.
En el segundo impacto contra el grupo de hinchas, atropelló a otras dos personas, que murieron de inmediato. Al bajarse del vehículo, el hombre no logró reconocer en dónde estaba ni con quién viajaba.
Una de las personas muertas quedó dentro del carro y el irresponsable, en su embriaguez, creyó que era un acompañante. Pero los testigos reconocieron a la víctima como uno de los hinchas que estaba por salir de viaje.
La Policía evitó que el hombre fuera linchado por cientos de jóvenes que estaban en el sitio y que vieron el accidente. El examen de alcoholemia dio positivo.
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