Todo había funcionado bien en el simulacro distrital de evacuación en el Campín, tal como lo comunicó el alcalde mayor de la ciudad y las autoridades de FOPAE al finalizar el ejercicio.
El partido de fútbol simulado, que producía risas entre los propios jugadores y los hinchas que asistieron al clásico más corto del historia, arrojó un “arreglado” empate 1 – 1 antes del minuto 15 cuando se dio la alerta oficial de evacuación.
Una vez sonaron las alarmas, los jugadores, porristas y personal logístico invadieron la cancha del escenario, mientras las tribunas eran abandonadas con celeridad pero con mucho orden por parte de los miles de voluntarios que generosamente asistieron al estadio para apoyar este evento de convivencia y paz.
Los hinchas santafereños ubicados en la tribuna sur salieron del estadio y se dirigieron hacia la calle 53, pero no contaban con que la Policía Nacional tenía instrucciones de desalojar el barrio de los “molestos” voluntarios que en ese momento se convertían en estorbo para las autoridades.
Según relatos de los asistentes, ellos estaban reunidos como lo hacen a menudo en el sector sur del estadio, cuando la policía motorizada y la caballería arremetieron con fuerza exigiéndoles que se retiraran.
Tuvimos el conocimiento de golpes de macana a menores de edad, mujeres y hombres, resultando gravemente perjudicado el hincha Juan Goméz de 21 años, quién recibió un golpe frontal en su cabeza, se desplomó en el piso con su cara ensangrentada y fue llevado a un centro de atención con pronóstico reservado.
El evento fue importante para los clubes bogotanos, la alcaldía, Fopae y el IDRD, pero lamentablemente quedó empañado por el exceso de fuerza de la autoridad policial, que olvidó el simulacro y convirtió la ocasión en un conato de violencia e intolerancia.
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