La gran mayoría de nosotros nos conocimos en la tribuna oriental del estadio El Campín a finales de los 90s, después fuimos fundadores, miembros de Los Del Sur Bogotá y pioneros de muchas ideas, junto con quienes fueron por más de 8 años, nuestros hermanos de Los Del Sur en todo el país.
Después de casi una década y gracias a nuestro potencial crecimiento, sentimos que nuestros ideales, esencia y filosofía se iban perdiendo, porque el dinero se convirtió en el foco y principal objetivo de muchos de los líderes (como pasa en todo movimiento social, religioso, deportivo o político) con la situación del país, ni culpa de ellos es… en esos momentos (2006-2007) renunciamos a seguir pagando sobrecostos por la boletería que reservábamos con la barra y decidimos reunirnos con dichos personajes para manifestarles nuestro inconformismo con el manejo actual de las decisiones porque no compartíamos que se prohibiera o se les pidiera comisión a las filiales por la generación de proyectos productivos, grabación de trabajos musicales, campañas sociales, videos, documentales, revistas, reservas o venta de ropa deportiva en ciudades como Bogotá, Duitama, Cali, Tunja, Bucaramanga o Manizales (de aquí en adelante miembros de Nación Verdolaga o simplemente espectadores de las tribunas Oriental, Norte y Occidental).
Supuestamente después de dicha reunión las cosas iban a mejorar pero lo único que logramos fue fortalecerlos más y mostrar cierta debilidad por querer hacer las cosas formal y diplomáticamente, pero entendiendo que nuestro equipo jugaba en Medellín, de alguna manera debíamos respetar a las cabezas visibles de la barra para evitar cualquier tipo de reacción en contra nuestra. Sin embargo, contrario a lo que esperábamos, dicha reacción se vio venir, empezaron a viajar masivamente a todas las ciudades y a su manera, empezaron con su proceso de desmantelamiento de las tribunas de todas las filiales para adueñarse de los elementos distintivos e instrumentos musicales, con la excusa que Nacional era de Medellín y que desde allí se debía centralizar todo.
Lastimosamente en Bogotá sucedió a finales de 2006, día en el que agredieron a los líderes de Los Del Sur Bogotá y acabaron con la tribuna, se llevaron todo en el preciso momento que desplegaron la bandera gigante, obviamente para evitar que las cámaras captaran los hechos, ¡que doble función que cumple una bandera gigante!, más que un emblema a la institución, es una gran inversión ¿porque tendrán tantas?
Al día siguiente decidimos hacerle saber a las instituciones que no íbamos a aceptar ser agredidos en nuestro propio estadio a manos de estas personas y solicitamos a través de la Alcaldía de Bogotá, una reunión que incluyera al programa Goles en paz, Hinchas por la paz, Personería, INDER y a las Secretarias de Gobierno para mediar en tal problemática y para servir como garantes de las mesas entre Los Del Sur Medellín y Los Del Sur Bogotá.
Todo inició transparentemente hasta que Raúl Eduardo Martínez y Andrés Felipe Muñoz llegaron a la reunión de Bogotá en representación de 12 mil personas, a repartir regalos, libros y calurosos abrazos a toda la mesa, sin discurso alguno y con una vieja estrategia de tratar de dividir al comité de los bogotanos a través de legitimar a ciertos de nosotros y desligando al resto de una “legalidad sureña” que nadie entendió, generando únicamente malestar y malos entendidos que finalmente logramos aclarar entre nosotros y que no tuvieron mayor impacto. En realidad la única reacción fue en contra de ellos mismos ya que semanas después agredieron en su página oficial de internet en la que tildaban de “inepto” al Alcalde Luis Garzón, razón por la cual les fue interrumpido su ingreso a Bogotá para el primer partido de la temporada 2007 frente a La Equidad Seguros un 4 de febrero, aún recordamos esa fecha y creemos que ellos tampoco la olvidaran, amantes del futbol y del atletismo.
La cita definitiva era en Medellín a los 20 días para definir la situación pero lastimosamente no contábamos con la seguridad ni garantías que solicitamos ante tanta amenaza que empezamos a recibir previo al viaje a la capital de Antioquia; por nuestras vidas y la de nuestras familias, decidimos dejar parado el proceso y dar un paso al costado, aceptando que nos habíamos alejado y aunque el Club nunca estuviera demostrado interés en el proceso, perdiendo la legitimidad como barra reconocida, idea que se le vendió a todo un estadio. Nos parece increíble que por boca de tan solo dos personas, se hubiera logrado ensuciar el nombre nosotros con una historia absolutamente incoherente para una hinchada seguidora de un equipo de Medellín, diciendo que éramos anti paisas y que odiábamos a los antioqueños, únicamente por querer representar dignamente y hacer respetar a la hinchada verdolaga radicada en Bogotá ( también reconocemos su astucia porque finalmente fue una forma barata y efectiva de generar sentimientos xenofóbicos por parte de una ciudadanía tan unida y orgullosa de sí misma, como la Antioqueña).
Después de recibir esa trágica noticia, dimos un paso al costado (así como se llama una barra de hinchas manizalitas obviamente ex-sureños) y nos dirigimos a oriental para formar nuestra organización, que desde 2007 hasta hoy, ha tenido varios intentos de ingreso a Medellín y aún con boletería en mano, ha sido devuelta a Bogotá en el peaje de ingreso a la ciudad por parte de la Policía, violando el derecho a la libre locomoción y libertad de tránsito.
Solamente hemos podido entrar al Atanasio Girardot en una ocasión, en la que habiendo pagado por el ingreso al encuentro deportivo, solamente pudimos ver 10 minutos del partido, ya que fuimos sacados por miembros de la Policía a raíz de tanto ataque que recibimos con armas blancas, por algunos miembros de la barra Los Del Sur que al igual que en Armenia hace 20 días, ingresaron a nuestra tribuna a tomar la ley por sus manos… ¡Imágenes registradas en la memoria de la gran hinchada Nacionalista, los medios, y El Club!
El resto de filiales, las que aún existen, como era de esperarse se vieron beneficiadas por los hechos sucedidos con nosotros ya que posterior a nuestra división, aunque se nos quisieron unir por compartir nuestro inconformismo y ante todo por creer en una nueva forma de ver futbol y alentar a Nacional, fueron llamados a la mesa de diálogo con los líderes de Los Del Sur Medellín, que terminaron cediendo y empezaron a poner los trapos de las otra ciudades en los estadios para que la gente se sintiera otra vez identificada, parte de la barra, y con un dulce muy amargo, convencer a miles de hinchas que todo había cambiado y no había pasado nada(pan y circo).
Su historia sigue y vive gracias a nuestra existencia, viven para intentarnos acabar, trabajan día y noche para mover medios y cerrarnos espacio en todo lugar, regalan excursiones cuando saben que estaremos presentes para intimidarnos, acumulando peones y ganándose así a aquellos borregos que son capaces de atacar a muerte a alguien solo por reconocimiento, por una boleta y por conocer otra ciudad, ya que ni el partido lo ven.
Proclaman un discurso de doble moral en el que regalan cuadernos y hacen caminatas para mantener callada a la opinión pública de su verdadero actuar, salen con banderas blancas buscando la paz y aparecen al otro día encapuchados agrediéndonos en cualquier ciudad, nos culpan de una sanción sabiendo que ellos no debieron estar NUNCA en nuestra tribuna, e inocentemente se dejan agarrar intentando ingresar a un clásico con 450 armas y posteriormente atacando a jugadores como Felipe Pardo, que ironía...
Le extienden la mano a la hinchada del Medellín para unirse y sacar presupuestos gubernamentales con fines “sociales” aún después de que se le perdieran extrañamente los trapos a la Rexixtenxia Norte y su única bandera gigante hace pocos años detrás del Obelisco. Dicen depurar su tribuna de personajes violentos pero, de una manera aún más violenta!, desvirtuando así sus enternecedoras palabras en los medios, medios en los que después se niegan a aparecer para debatir porque lo ideal es crear una primera buena impresión pero no argumentar ni dialogar con su contraparte.
Hacen una campaña para no asistir al partido del Atlético de Madrid por considerarlo negocio para un empresario que no pertenece a ellos, pero si le hacen publicidad y apoyan el partido de Lionel Messi y sus amigos porque tienen la venta de boletería, cuentan con miles de fans obedientes y obviamente porque están dentro del evento.
Que extraño, acomodado y sospechoso discurso, pareciera escrito por un psicólogo, que aprovechara de su influencia y amistad con la alta sociedad de la Medellín para salir siempre bien librado, para poder viajar gratis con el Club, para poder alimentar sus caprichos y avaricia, para olvidarse de lo que dicen en las redes sociales, en los libros y hasta para pasar por encima del mismo objeto social del negocio, ya que utiliza la Tienda de la hinchada ubicada frente del estadio, de naturaleza futbolera, para promocionar su banda de Tropi-Pop a todos los adolescentes que van ingresando a la moda que hoy se llama Los Del Sur en todo el país, demostrando una vez más, que el fin si justifica los medios… pero al final del día y con tan buenos resultados, tanto maquillaje y tanta cámara encima, tienen un negocio del que no sospecharíamos NUNCA sobre su legalidad o transparencia, de hecho consideramos que es muy redondo, muy bien planeado e indudablemente merecedor por nuestra parte de unas sinceras felicitaciones como la barra más innovadora y creativa DEL MUNDO.
Seguiremos luchando hasta que la junta directiva de Atlético Nacional se dé cuenta que debe manifestarse públicamente, tenemos una carpeta completa con las cartas radicadas vía fax sin recibir respuesta alguna (al fin y al cabo Ramón Pinilla, encargado de comunicaciones de Nacional es el autor del libro de Los Del Sur, imposible esperar neutralidad) sin embargo aquí seguiremos, implorando a la presidencia del Club que se manifieste, que no contrate personal que ensucie su gran nombre, que no nos haga sentir que “amamos a un equipo que nos odia”, que entienda que el apoyo a su hinchada oficial le está causando este tipo de inconvenientes, porque mientras siga la problemática, seguirán las sanciones y el afectado seguirá siendo su mismo presupuesto.
Deben comprender que nosotros solo queremos ver al equipo de nuestros corazones en cualquier lugar sin ser agredidos, ¿acaso no es un derecho fundamental mientras estemos cobijados por nuestra constitución colombiana?
De hecho somos una barra carnetizada y las instituciones son garantes de los datos de nuestros miembros cada vez que viajamos, con pleno conocimiento del estado judicial de la totalidad de nuestra hinchada.
Es increíble que una barra fanática de Nacional, tenga que emitir esta clase de comunicados pero calculen la magnitud de la problemática y el peligro que corren nuestras vidas para que tengamos que tocar estos extremos.
Expresamos nuevamente nuestra firme intención de mostrar a la opinión pública colombiana, a las instituciones gubernamentales de nuestro país y a quienes representan a nuestro amado Club Atlético Nacional, de aportar permanente y pacíficamente en la realización de espectáculos deportivos porque somos los más interesados en aclarar todo con el fin de hacer justicia.
Mesa de Trabajo
La Nación Verdolaga