miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 30 de julio de 2013
Intervienen a hinchas de Atlético Nacional de Colombia
Tres hinchas del Club Atlético Nacional de Colombia que llegaron a Ayacucho para alentar a
su equipo que juega ante Inti Gas Deportes el próximo 30 de julio por la Copa Sudamérica, fueron intervenidos por los serenos de la Municipalidad Provincial de Huamanga, (Ayacucho) por causar desorden en la vía pública.Se trata de los jóvenes colombianos Leonardo Aguirre Sánchez, Alberto Molina Caballero y Rojas Sánchez, quienes inhalaban terokal de lata a plena luz del día en la avenida Independencia.Debido a que no se les halló nada más, solo se les recomendó que está prohibido causar desorden y consumir drogas a plena luz del día porque atenta contra el pudor y las buenas costumbres.Según los jóvenes, en los próximos días llegarían más hinchas para alentar a su club cuando enfrente al equipo ayacuchano.En el 2012 durante la Copa Sudamericana cuando Inti Gas Deportes enfrentó a Millonarios de Colombia llegaron al menos 100 hinchas, de los cuales fueron intervenidos por la policía 12 de ellos acusados de causar disturbios y robar en las calles de esta ciudad.
jueves, 18 de julio de 2013
Menor resultó herido en pelea entre hinchas de Santa Fe y Nacional en el Rafael Uribe
Un menor de 16 años de edad resultó herido en una riña entre aficionados al fútbol en las horas de la noche de éste miércoles.
La pelotera se presentó entre hinchas del Independiente Santafé y el Atlético Nacional en una de las calles del barrio Manuel Murillo Toro de la localidad de Rafael Uribe Uribeen el sur de Bogotá.
El adolescente sufrió algunas heridas con arma blanca siendo necesario su traslado al CAMI más cercano, donde le prestaron los primeros auxilios.
El agresor, sindicado del acto violento en medio de la confusión huyó del lugar.
A la mujer asesinada en Riosucio le hicieron su despedida de hincha
En el templo Nuestra Señora de La Candelaria realizaron las exequias de Juliana Andrea Ortiz Taborda, de 23 años, asesinada en la madrugada del lunes en el centro de Riosucio.
Amigos y familiares de la Mamba, como le decían a Juliana, la despidieron con cantos del equipo verde de Antioquia (Atlético Nacional), del que era una fiel hincha.
Los versos y arengas al club de fútbol y a la Mamba acompañaron el cortejo fúnebre desde la salida del templo hasta el Cementerio El Carmen.
A Juliana la mataron después del juego que disputaron Nacional y Santa Fe en Medellín, por la final de la Liga Postobón. Ese día el centro de Riosucio estuvo más concurrido que de costumbre, ya que en el municipio abundan los hinchas verdolagas.
miércoles, 17 de julio de 2013
Unos tres mil hinchas de Nacional recibieron al equipo en aeropuerto
Buena parte de la afición verde se trasladó hasta el Puente Aéreo para el arribo del plantel.
La hinchada de Atlético Nacional no tiene límites. En esta ocasión, como muestra del respaldo que siempre le dan a su equipo, están esperando la llegada del plantel 'verdolaga' a la sede del partido que este miércoles, en El Campín, definirá al campeón de la Liga I.
El club antioqueño desplazó para este compromiso a 19 jugadores que están dispuestos a darle la estrella 12 a su conjunto. Los jugadores que viajaron son los siguientes: Franco Armani, Luis 'Neco' Martínez, Francisco Nájera, Alexis Henríquez, Óscar Murillo, Steffan Medina, John Valoy, Diego Arias, Farid Díaz, Sherman Cárdenas, Alexander Mejía, Macnelly Torres, Fernando Uribe, Jéfferson Duque, Juan Pablo Ángel, Elkin Calle, Luis Fernando Mosquera, Wílder Guisao y John Freddy Pajoy.
Buena práctica final en Medellín
Atlético Nacional desarrolló su último entrenamiento en su predio deportivo de Guarne pensando en ganar la final del fútbol colombiano ante Santa Fe, juego que será el miércoles en Bogotá.
Con la actitud necesaria para entregarse por completo en procura de los objetivos colectivos, los verdes dejaron todo listo para afrontar los últimos 90 minutos de la Liga Postobón.
Los nacionalistas luego del entreno matutino almorzaron en La Rondalla y posteriormente viajaron a la capital de la república para el juego final.
Este martes, 6:30 p.m. habrá una rueda de prensa
Al igual que en Medellín, esta vez en Bogotá, en el hotel Windsor House se llevará a cabo una rueda de prensa oficial por parte de la Dimayor donde estarán presentes los técnicos y capitanes de los dos equipos para tener su último contacto con los medios de comunicación.
martes, 16 de julio de 2013
En Yarumal, asesinado un joven hincha del nacional
Autoridades de Yarumal, norte antioqueño, reunirán hoy un consejo de seguridad luego de que este domingo un muchacho de 15 años, hincha de Atlético Nacional, fuera asesinado al parecer por un aficionado del Deportivo Independiente Medellín.
Durante una riña entre hinchas de los dos equipos antioqueños el sábado en la noche en el sector conocido como Bulevar La 19, el joven de quince años recibió una puñalada cuando se encontraba en el barrio Mediaguas.
La policía capturó posteriormente a un joven de 20 años quien sufrió una herida con arma blanca, y de quien las autoridades investigan como presunto responsable de la muerte del adolescente.
El alcalde de Yarumal, Miguel Ángel Peláez, aseguró que los investigadores aún no tienen certeza de que este hecho esté relacionado con las preferencias por los equipos de fútbol, pero advirtió que ya son frecuentes los enfrentamientos entre hinchas en esta localidad del norte antioqueño.
Anunció que hoy tendrán la oportunidad de analizar la situación en un consejo de seguridad y definir las medidas pertinentes para afrontar este problema social.
Si identifican hinchas de Nacional en El Campín, serán expulsados
La dirigencia de Independiente Santa Fe informó a través de su cuenta oficial de Twitter, que los hinchas Verdolagas que sean identificados en El Campín, serán expulsados.
Los dirigentes ‘cardenales’ le pagarán a su rival con la misma moneda que fueron tratados en el partido de ida, donde al Atanasio Girardot de la ciudad de Medellín no contó con la presencia de la hinchada de Santa Fe.
“Hinchas de Nacional que mañana sean identificados, podrán ser retirados del estadio por la policía y la logística sin derecho a devoluciones”.
Esta medida se tomó gracias a que, según diferentes investigaciones, se infiltraron entradas a hinchas de Nacional, la cual se estima que serían unas 4mil que están en mano verdolagas.
lunes, 15 de julio de 2013
miércoles, 10 de julio de 2013
Amenazan a jugadores de Olimpia en Colombia
Almeida contó que amenazan a su plantel en las redes sociales y pidió que no se repita lo de la final con Nacional.
Ni bien finalizó el juego de ida el pasado martes en Asunción, los hinchas de Santa Fe se pusieron en campaña para hacer lo mismo que le hizo Nacional de Medellín a Olimpia en la final copera de 1989. Los colombianos comenzaron una campaña para no dejar tranquilos a los del plantel decano cuando pisen suelo cafetero para meter presión.
Éver Almeida, que vivió en carne propia las amenazas que pusieron los de Nacional en el 89, dentro de un clima de guerra establecido supuestamente por los narcos a las órdenes de Pablo Escobar Gaviria, dijo que está al tanto de lo que están tramando los hinchas de Independiente.
“En feisbu hay amenazas de amedrentamientos contra el plantel, diciendo que estarán en el hotel molestando a los jugadores. Nada puede ser peor que la final del 89”, contó Almeida a la 780, esperando que no se repita lo de aquella ocasión.
En aquel momento, Nacional de Medellín se quedó con la Copa y después saltaron denuncias de árbitros y gente que contó haber sido amenazados para que la Libertadores quede en manos de los colombianos. Incluso se rumorea que el capo narcotraficante fue quien financió todo.
Por otro lado, Almeida también habló de la altura que hay en Bogotá y dijo que no será problema. “Es como jugar en Cochabamba (Bolivia), la altura prácticamente no se siente. Viví mucho tiempo en la altura, pero en Bogotá la altura no hace tanto daño”, señaló.
Un hincha del América muerto y dos más heridos, deja incursión sicarial contra los aficionados rojos en Tulua.
Avanzan a esta hora las investigaciones para el esclarecimiento de los hechos presentados en la Diagonal 20 con carrera novena del barrio Diablos Rojos de Tuluá, donde un grupo de hinches del América, fueron sorprendidos por sicarios que accionaron sus armas, dejando como saldo un muerto y dos heridos.
Según testigos, los hinchas del equipo escarlata ensayaban sus canticos alusivos al “Baron Rojo Sur”, cuando fueron atacados por los desconocidos.
Uno de los tres heridos, identificado como Jaider Andrés Rosas Castro, a quien los sicarios le propinaron dos disparos en el abdomen y brazo izquierdo, fue trasladado a la Clínica San Francisco.
Ante la gravedad de sus heridas, fue remitido a Santiago de Cali, al Hospital Universitario, pero en el camino se agrava y es atendido en el Hospital San José de Buga, donde finalmente fallece.
Los otros dos jóvenes heridos responden a los nombres de Juan Sebastián Viáfara y Carlos Antonio Mosquera Grajales, de 14 y 26 años, respectivamente.
De otro lado, en el municipio de Trujillo, al centro oeste del Valle del Cauca, fue muerto de varios impactos de bala, el comerciante Carlos Enrique Franco Gómez, cuando se movilizaba por esta martirizada población que ha sido afectada desde hace varios años por diferentes hechos violentos.
Colombianos intentaron cortar sueño olimpista
Cerca de las 03:00, una veintena de hinchas del Independiente Santa Fe llegó hasta las adyacencias del Hotel Estelar Parque 93, donde se hospeda el plantel del Olimpia, con la intención de molestar a los jugadores franjeados que se encontraban descansando.
Marco Trovato, colaborador de la dirigencia del Olimpia, relató que los fanáticos del “Cardenal Rojo” comenzaron a explotar petardos y vociferar cánticos con la intención de no dejar dormir a los olimpistas.
Trovato manifestó que la acción de los hinchas colombianos duró unos 20 minutos y que no pasó a mayores. “Te aseguro que si fuera en Argentina o Brasil, sería peor”, agregó.
El colaborador franjeado expresó que se espera más de 200 hinchas olimpistas en el Campín de Bogotá para el partido de este martes.
Afirmó que se espera que el plantel olimpista regrese a tierras paraguayas entre las 05:30 y las 06:30.
lunes, 8 de julio de 2013
domingo, 7 de julio de 2013
viernes, 5 de julio de 2013
Siguen los atropellos hacia la hinchada azul
Un hincha de Millonarios fue expulsado de Palogrande por la policía este jueves por querer tomarse una foto.
Corría el minuto 40 del primer tiempo cuando pasó lo increíble en el estadio Palogrande. Un hincha azul tenía su camiseta puesta y un saco encima, veía el partido como cualquiera de los asistentes al estadio y le pidió al fotógrafo de LosMillonarios.net que le tomara una foto junto a su joven acompañante.
Cuando llegó el momento de la foto, que duró unos 15 segundos, el hincha de Millos se quitó su saco para dejar ver la prenda que portaba: una camiseta polo de presentación de Millonarios blanca. Tras la foto, que solo tenía como único objetivo aparecer en la galería de esta página Web para que pudiera verse, dos agentes de la policía de inmediato arremetieron contra el joven y lo sacaron del estadio con la excusa de que estaba prohibido portar indumentaria alusiva a Millonarios.
Tranquilamente, el policía podría haberle hecho guardar su camisa o ponerse el saco de nuevo como se ha visto varias veces en otras partes, algo que no sucedió. De hecho, cuando el fotógrafo de nuestra página trató de defender al hincha en su legítimo derecho de observar el partido que no es más que un espectáculo público, recibió también el mal trato del agente policial.
El hecho se une a lo sucedido en la mañana antes del compromiso cuando un grupo de unos 200 hinchas llegó hasta 30 minutos antes de Manizales pero le fue prohibido el acceso a la ciudad y fue devuelto a la capital de la república. Pueden hacer mil cosas contra el hincha azul, el joven que solo quería una foto para una galería se perdió de ver en vivo un triunfazo de su equipo y eso es verdaderamente penoso, pero hagan lo que hagan a esta hinchada no la van a poder detener jamás.
jueves, 4 de julio de 2013
Barras bravas: ¿por qué nos matamos por una camiseta?
Cada día asesinan a un hincha del fútbol en Colombia. Esta semana murieron dos, tras ser apuñalados.
En un ataúd pintado y adornado con los colores de la bandera y el escudo de su equipo, el cuerpo sin vida de Óscar Sandino, de 28 años, fue llevado el martes al estadio El Campín para despedirlo de su pasión más grande: Millonarios, el combinado al que acompañó durante más de 15 años en la barra Subazul y desde donde trabajó por mejorarles la imagen a las llamadas barras bravas. Ese mediodía, unos 300 hinchas rodearon el féretro y gritaron, con cuatro tambores como telón de fondo, “Óscar, querido, tu recuerdo siempre estará vivo”.
Cuatro días antes, Sandino había viajado a Cali a ver jugar a su equipo, con tres amigos más, pero no alcanzó a llegar al Pascual Guerrero. Fue apuñalado por hinchas del Cali de camino al estadio. Según la Policía, cuando el taxi en el que viajaba se detuvo para dejar a sus ocupantes, unos aficionados con camisetas del equipo azucarero que iban a pie lo vieron y le lanzaron una puñalada directo al corazón. Ni siquiera alcanzó a bajarse del taxi.
Y mientras en El Campín lo despedían, otro joven hincha fallecía: Sebastián Jiménez, de 16 años e hincha del Chicó, quien llevaba nueve días en cuidados intensivos después de que seguidores del Patriotas Fútbol Club le propinaron dos puñaladas: una en el cuello y otra en la cabeza.
En mayo mataron a tiros, en Itagüí, a un seguidor del Once Caldas que iba en una chiva. Y en abril, Daniel Sánchez y otros tres amigos tuvieron la mala fortuna de encontrarse en un parador de carretera, en Chinchiná, con un grupo de barras bravas del Atlético Nacional. Tras un cruce de insultos, la pelea estalló y Daniel murió por una puñalada en la espalda. Sus asesinos se llevaron su camiseta del Once Caldas ensangrentada como trofeo.
El balance es dramático. En lo que va corrido del año han sido asesinados ocho barristas. Es decir, cada 22 días matan a uno en Colombia, ya sea en una riña o en un hecho de violencia donde la protagonista es una camiseta de un equipo de fútbol.
Solo contando los disturbios reconocidos por la Policía desde el 2011, ha habido 72 enfrentamientos graves de barras bravas, que han dejado más de cien heridos –la mayoría, menores de edad–. En el mismo periodo se ha intentado ingresar a los estadios 28.000 armas blancas y tres de fuego.
La mayoría de los hechos no tienen lugar en los estadios. Se presentan en los alrededores de estos escenarios deportivos, en los barrios donde se reúne la hinchada o en las carreteras. Por eso, la Federación Colombiana de Fútbol no los cuenta como episodios de violencia relacionados con este deporte; solo reconoce la muerte de un hincha en los últimos 20 años.
Un grave problema social
“Que me muestren las pruebas y los fallos judiciales en los que se certifica que estos muchachos han muerto por culpa del fútbol, y les creo”, dice Gustavo Morelli, jefe de seguridad de la Federación. Para él, las muertes que ocurren fuera de los estadios “son un problema de orden público que, en la mayoría de casos, nada tienen que ver con el deporte”.
“Se acepte esto como violencia del fútbol o no, es evidente que tenemos una grave problemática social con las barras del país”, dice Alirio Amaya, funcionario de Coldeportes y miembro de Goles en Paz, un programa de la Alcaldía de Bogotá para generar mejores niveles de convivencia entre las barras. Según él, hay unos 50.000 miembros reconocidos de 25 barras de Colombia, que se han multiplicado exponencialmente en los últimos diez años; eso, sin contar con los ‘parches’ que se suman dentro y fuera de los estadios y que a veces no pertenecen a ninguna barra.
Una investigación realizada por él y otros autores sobre los Comandos Azules, de Millonarios, entre el 2005 y 2009, determinó que “el 90 por ciento de los barristas eran menores de edad, de entre 14 y 17 años, y que el 98 por ciento no había terminado el bachillerato”.
Alexánder Castro, joven sociólogo de la Universidad Nacional, quien se metió en una barra brava durante cinco años, dice que muchos son jóvenes solitarios que encuentran allí pertenencia y compañía. “La barra es su vida, y por ella matan. Ni siquiera lo es el equipo. Uno les pregunta sobre la nómina, y muchos la desconocen. La barra es su familia, su casa, su sangre”.
En medio de la efervescencia por el equipo, de los cánticos, de las banderas y los rituales, estos jóvenes encuentran “algo que la sociedad no ha podido darles: una identidad, un lugar”, explica Luis Fernando Orduz, presidente de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis.
Son jóvenes, agrega el respetado comentarista deportivo Hernán Peláez, “con pocas esperanzas de solucionar su vida laboral y social, que encuentran en el fútbol la disculpa para expresar su inconformidad a través de la irreverencia y el desacato a la autoridad y de las leyes sociales”.
El problema, dice John Vásquez, líder de la barra Holocausto, del Once Caldas, es que en las filas de la barra no solo hay drogadicción y delincuencia, sino pandillismo. “En Manizales hay ocho pandillas identificadas, y tienen pequeños grupos dentro de las barras; así que a menudo trasladan sus problemas al fútbol y a la camiseta”, dice Vásquez.
La Policía se queja de que debe usar entre 5.000 y 8.000 efectivos por cada fin de semana de fútbol en el país, lo que representa en ciudades como Pereira que el 31 por ciento de sus hombres deban estar en el estadio y sus inmediaciones.
Según el general Rodolfo Palomino, director de la Policía Ciudadana, cada barra tiene un enlace en la Policía, que conoce los números de teléfono de los líderes y les presta acompañamiento en traslados y actividades. “Las causas nacen más allá del estadio –en el barrio, en la casa–, y por eso hay que abordarlas desde todos los ángulos. Necesitamos el apoyo del ICBF, de las familias, de los clubes, de los directivos y del negocio del fútbol”, afirma el general.
El Gobierno expidió una ley (la 1270 del 2009) y publicó un protocolo de seguridad y convivencia, hace tres años, en el que se le dice a cada quien lo que debe hacer antes, durante y después de los partidos. Además puso en marcha, el mes pasado, el Plan Decenal del Fútbol, “que busca, con talleres y actividades, trabajar de manera directa con las barras durante diez años”, afirma el viceministro de Relaciones Políticas del Ministerio del Interior, Carlos Eduardo Gechem.
Pero el problema está aún lejos de resolverse. Adriana Castillo, de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto, que lleva este nombre por una víctima de la violencia asociada al fútbol, pregunta: “¿Dónde está la responsabilidad social de los dueños del millonario negocio del fútbol? ¿Qué es lo que están poniendo para solucionar este problema?”.
Partidos de día y escalonados
La Alcaldía de Medellín también ha prendido las alertas. “Le hemos enviado oficios (a la Federación) para que programe los partidos de día –porque la ciudad es más fácil de controlar– y de forma escalonada, para que no se crucen los hinchas en las carreteras. Sin embargo, no hacen nada porque está de por medio el negocio de la transmisión por televisión en horario triple A”, argumenta un funcionario de la Secretaría de Gobierno de Medellín, que prefiere omitir su nombre. El Concejo de esta ciudad debatió esta semana medidas de control para frenar la violencia asociada al fútbol, que contemplan carnetización y sistemas digitales de identificación.
La violencia en las barras no debe verse como un hecho aislado. “Nos habla de violencia intrafamiliar, de matoneo, de una gran dificultad para amar y reconocer al otro como ser humano”, señala Alfonso Rodríguez, director del área psicosocial de la facultad de Medicina de la Universidad del Bosque.
A lo que el comentarista deportivo César Augusto Londoño agrega: “En Colombia nos matamos por una camiseta, por un celular, por 20.000 pesos. Aquí no se respeta la vida, y la justicia es débil. En el fútbol hay barras buenas y también malas, que son nido de delincuencia y droga. Estas son las que hay que combatir, denunciar y vetarles el ingreso a los estadios”.
¿Cómo salir adelante? Primero, dicen los consultados, que las autoridades cumplan a rajatabla con los protocolos de seguridad. Segundo, que se saque adelante y se implemente el Plan Decenal del Fútbol, que tiene como uno de sus principales fines trabajar socialmente con los muchachos. Tercero, no programar todos los partidos el mismo día y jugarlos siempre a la luz día. Cuarto, carnetizar a las barras y censarlas.
Y, como dice Antanas Mockus, trabajar con las barras los mismos valores que se les promueven a los jugadores de fútbol: “Van a la cancha a ganar, pero entrenan para ello y juegan dentro de unas reglas. En la barra, lo que los mueve no es el logro individual ni el trabajo ni la determinación, sino el pensamiento uniforme, donde el otro siempre es un enemigo”.
lunes, 1 de julio de 2013
Tribunas políticas en el estadio El Campín
Santa Fe y Millonarios entre los ocho mejores del fútbol colombiano. Las hinchadas abarrotan las graderías en cada uno de los partidos de sus equipos. Mucho color. Banderas con mensajes de apoyo a los jugadores y con los nombres de los barrios más populares, de las universidades e incluso de ciudades lejanas a la capital. Dos de ellas, particulares: las dos, en respaldo al alcalde Gustavo Petro.
Una con la cara del alcalde, la otra con la leyenda “Petro se queda”. Una apareció en las tribunas cuando el local era Santa Fe, la otra, cuando lo era Millonarios. Banderas llenas de significados, por lo menos para el alcalde Gustavo Petro, quien hoy afronta la crisis desencadenada por un proceso de revocatoria y un pliego de cargos de la Procuraduría, con los que podría acabar prematuramente con su mandato.
Por medio de redes sociales, el alcalde, sus colaboradores y seguidores expresaron, aludiendo a las banderas, mensajes como que los “Hinchas de Santa Fe y Millonarios (están) juntos por una Bogotá Humana”, lo que significa una muestra de “El barrismo social. Hacia la hinchada Popular” y que “los hinchas defienden a su alcalde”.
Seguramente, algunos, o muchos, lo hacen, pero resulta impensable, o por lo menos inverificable, que las barras populares: La Guardia Albirroja Sur, de Santa Fe, o Comandos Azules y la Blue Rain, de Millonarios, estén matriculadas en sus vastas mayorías con esos mensajes. También, es una muestra de madurez democrática que los barristas, grupos sociales de trascendencia en la cotidianidad de una ciudad latinoamericana, tengan posiciones políticas y las manifiesten de forma pacífica.
Un ejemplo de ello es el debate que surgió en las toldas santafereñas. En una publicación en redes sociales de La Guardia, la barra, o quienes manejan sus perfiles en la Internet, se desligan de la bandera con el rostro de Petro como una intención colectiva y sostienen que la idea fue de un exlíder que es progresista y trabaja con el Distrito.
Se trata de Diego Karachas, integrante de la barra y funcionario del Instituto para la Economía Social (IPES), quien afirma que aunque está de acuerdo con la bandera, no es el responsable. Aparece entonces Julio Triviño, integrante de MPS (uno de los “parches” de la barra), se hace cargo del mensaje de apoyo y dice que “desearía que toda la hinchada saliera a respaldar a una administración que ha hecho mucho por la ciudad y por los jóvenes”. Su voz es su voz. Personal o de ese sector de la barra. No debería ser entendida como la de una barra ni de una hinchada ni de un partido político.
Nadie puede negar que la administración distrital tiene mucho que ver con que hoy muchos de los muchachos, que durante la década pasada estuvieron inmersos en violentas grescas relacionadas con la pertenencia a una barra estén involucrados en proyectos productivos, de convivencia ciudadana y dando ejemplo a jóvenes de otras ciudades del país en términos de paz y tolerancia. Todo, pese a que siguen soportando golpes como la muerte de Óscar Eduardo Sandino, seguidor de Millonarios, presuntamente, a manos de hinchas del Deportivo Cali.
Una barra popular es un grupo variopinto. El pobre y el rico, el adolescente y el cincuentón, el desempleado y el oficinista, el chaparrito y el gigantón, el de izquierda y el de derecha, el revocador y el defensor, en fin, todos (pero todos, todos) los fenotipos, estereotipos y ciudadanías que conviven en la capital. Una diversidad que sólo tiene unidad en una idea: el compromiso de seguir, respaldar, exaltar, vitorear y celebrar la existencia de un equipo de fútbol.
Han sido los seguidores del alcalde, y él mismo, quienes repetidamente rechazan categorías totalizantes, quienes sostienen que se oponen a la hegemonización del pensamiento, pues de ello se desencadenan la intolerancia y la violencia, como lo sostuvo, por ejemplo, el exsecretario de Gobierno Guillermo Asprilla. Por lo tanto, no resulta coherente que se utilice una fotografía de una bandera con miles de hinchas con la misma camiseta de fondo, para demostrar la tesis: detrás de Petro están los bogotanos.
Claro que es positivo que existan posiciones y discusiones políticas entre los ciudadanos en cualquier escenario público, como el construido alrededor del fútbol. Eso fortalece una democracia que tendrá el reto de soportar, garantizar y respetar la suerte del mandato del alcalde Petro sea cual fuere.
Democracia que también tiene que arropar y no generalizar a quienes están construyendo escenarios de paz y diálogo, luego de estar involucrados en hechos violentos, sin olvidar que su esencia gira en torno a una camiseta roja y azul y que, desde ahí, pueden ayudar a construir una sociedad en paz, que a fin de cuentas es en lo que todos los aficionados al fútbol y quienes no lo son sí coincidimos.
A TRAVÉS DE REDES SOCIALES, EL ALCALDE, SUS COLABORADORES Y SEGUIDORES EXPRESARON, ALUDIENDO A LAS BANDERAS, MENSAJES COMO QUE “LOS HINCHAS DE SANTA FE Y MILLONARIOS (ESTÁN) JUNTOS POR UNA BOGOTÁ HUMANA
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